viernes, 5 de octubre de 2007

jazzistica..

. .La canción, el triste final, la reposera sobre la arena,
las almohadillas, el termo derramado, la platita de papa,
los ojos crispados, la espuma que acaricia el cuerpo, la cosa
amotinada, la sonrisa loca, tu puerto sobre mi huerto, el agua
que calma el agua, la estupidez de no venir, la latencia de no estar, el gato
que mira de reojo, la sombrilla de los pobres, los mundanos de este mundo,¡ja¡,
¿nosotros?
El jolgorio atumecido, la discusión, las pastillas, la resaca,
El tomar las desiciones, el no venir de nuevo, el estar,
no estar, la pesadumbre, la nostalgia, la mirada, la boca.


El esfuerzo de mis manos, el cansancio de mi mente, tu desgano, tu rabia,
tu impotencia, el no coger, el si poder, la zizaña de los otros, el ruido a espantapajaros, el mar, la noche, El recuerdo, los recuerdos, la congoja nuevamente.

La terapia alternativa, la cura de 2 dias, la receta a
comprimidos, clonazepam, carriles de laboratorio..no me llegan.
Los libros estancados, la mano que no llega, la canción no se disfruta
extraño ya los tangos, mis tangos demolidos.

La arena, la arena nuevamente¡¡, nuestro desierto sumergido, me voy,
La tierra resbalosa, el mate cuchicheando, la gente que se ensaña,
ruido a espantapajaros, otra vez.

Cipriano Reyes, lo quise tener, nose porque,
Cipriano reyes.
La carmelitas de estos tiempos, me quedo sin
palabras, me anudan, me silencian.

La blasfemia de mis padres, la traición de esos amigos, la neurosis,
el psiquiatra, esas cosas, vos sabes..
la disputa donde no hay disputa, la mirada en degradé ( terrible alevosía
de los otros..), la picaresca muletilla que todos me comentan, y yo,
ni por asomo.

La excursiones de Mansilla y el Flaneur de dicha atormentada
el olor a muerte, la pesadumbre de la muerte, es ese olor viste
ese olor a paño seco.



La perseverancia de mi mente, mi cuerpo hecho trizas entonces..
Merleau Ponty, saber frances, saber latin, la etnolinguistica, y la
esclérosis de la academia, nose porque en eso estábamos..
la vida de la gente tan álgida, tan insolente.

Me apuran, me agolpan, me pispean, las horas de parsimonia me ganan,
ni a garrotazos, las cuentas pendientes ya me des- mienten,

el rugido del silencio ha torneado mis costillas.
Saber decir es Saber reir
No sabe, el que no Dicé..

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