jueves, 26 de julio de 2012

Reflejarse, sobrio sol formático

Lo qué dije, fue dicho en tono oblicuo y centrípeto, sin concordancia de mesura.
Nunca premeditaste dulzura o algún tipo de valor, que dijera manifiesto de nosotros.


Generalmente, no suelo utilizar falsedades en referencia de conquistarte o no. Valga la redundancia, seria omitivo o repulsivo de los contrincantes, distaría mucho de mí.
Parrafadas aparte, el victimaje de la sociedad, funda anclaje en nosotros.


La otra noche escuche de las encamadas a distancia, de los vericuetos para perseverarte, uff, se agobian los vertebrados de la luz solar.


Por entonces, estaba en consonancia abstracta de los reinos, moldeándote alas, visibles, invisibles aunque te lo premedites.
Tipos ideales que amenizan pudor.

sábado, 21 de julio de 2012

6 Entramado

Habrías dicho que verte conmigo, ocasionaría en tu caso, gravísimas consecuencias. De saberlo, nunca te hubiera susurrado aristocracia o pobreza. De saberlo, te hubiera razonado en otro mundo. Y no me dijiste, sabiduría altanera de los humildes.


Consecuencias de des-glosarme por tu parte y tan sólo quería dignificar los eslabones que permitieran alguna explicación, en cuanto malestar que  te comprime el enroqué de tú alma.


También supuse que los motivos dinerarios jugarían superlativamente para objetarme  y maltratarme categóricamente. Ni que decirlo, pero habría sido oportuno.

De todas maneras, las lágrimas en que llamaste y despertaste las emociones, obturaron mi comprensión, no logro discernir  tu faltante en el compromiso, esa intención berretinera que se queda pasmada en los albores de tus propias contradicciones.


Habrías dicho, de la molestia en  las imperfecciones de los mundos y la complicatura banalizadora con tal de arrancarte el corazón. Habrías dicho y sonrojarme.


Hubieras dicho que los planteamientos de conciencia se delatan y ahora tenemos depresión asfixiadora que letarga al individuo y alterna los pares  inestables, cuando te toca rotularme bajo el eje de observación y distanciamiento.


No pensaba de la guita, los fantasmas y cuanta cosa que envidian los extraños.
Pensaba de la candidez que generamos y nada, cambiar el mundo cognoscido cuando diga y verte. No sé, cuando los vástagos se entristecen con cordura también me apena . Forma parte de la innatez con la cual también nos atormentamos. No sé, especie de alienación que bordea lo post-humano de mí. 


Quisiera mentarte/ Monísima /desenfunda el iceberg que te arremete.

jueves, 19 de julio de 2012

5 Entramado

Profundo descreimiento se avizoró en continuo de la letalidad anfitriona.
Simulacro, letargo, simbología  de la realeza que aplaudieron las nuevas adquisiciones de los mundos. Y sin embargo se encontraba curtido por los arrabales plebeyos, fructífera  de la suspicacia.


Previstamente se mofó de la vida tendenciosa, cuando en su acápite mayor, se redimide de la lujuría, sustentando la inocencia en comodidad de sus agravias  pretensiones.


Y en las multitudes legendarías de los hombres, sin fe, claro esta, establecimos la punzante verificación de su ser, de los príncipes, visión secuaz de manifestarse con hombría. Que dilapida grandeza sin las supersticiones. 


Abiertamente  se salvajea recortando otredades y algunas otras cosas que deleitan su simiente. Por lo visto se suprime del tumulto. Estable lo que denominan corazón.





lunes, 16 de julio de 2012

4 Entramado

Silenciaron los poseidos cuando nadaban 
las correrías de los niños.


Me viste palpable al unísono de los déspotas. Circundando al ritmo desaceleredado.

Volteé la penumbra de las alas, conduciendo tu irreprochable sinceridad.

Haberse genios de los mares
Guárdanos tus escapes subterráneos de la magma.

domingo, 15 de julio de 2012

Fun

                                
Orgullosa, orgullosa de haber recibido con tus bondades, los despliegues fatales cuando encendimos las mentes. 


Orgullosa de haberte sentido la fiebre, entramando los modos pasionarios, acaso los veredictos que chorrean las venas sangrantes, despierta el  amor obnubilado.


Orgullosa por mirarte o enloquecerte debajo de las sábanas lluviosas, cuando la ubicuidad de tu éxtasis no era cosa cómo en estos días.


Orgullosa con las antenas del vientre quemando, galopando los ojos sangrientos de tus modales, de los caballos corpóreos que anuncian su venida, de su nunca estarse.


Orgullo de entreverte los nervios resultantes de esta vida. 
Que suave abstracto le arrastraste, adecuaste vencido los vientos hermanados de la intemperie.


Orgullo del amado a dios y sonreirle, aguita linda y querida.
Salida de la vaina con los sombreros adrenalínicos de la instancia.
Orgullosa que ríes de moderna, con la alcurnia establecida de la mote.
Acaso te embriagaste de pensamiento, hipnótico corazón al fuego.
Orgullosa de las babas que dijeron nombre, de las babas que amaron  amor.

sábado, 14 de julio de 2012

3 Entramado

La posibilidad de generarse un desprendimiento solar, tormentas solares glaciarias, estratificando sus ribetes fluctuantes, a modo de cartografías arqueológicas, borraría oportunamente las clasificaciones dogmáticas en cuanto a  los denominados misterios científicos de los procesos auto- regenerativos.


Con amable desdén hemos tomado el visto bueno de la notoriedad asignada. Mucho no nos gratifica. Pero tal vez elijamos la membresía de adecuarnos con estremecimientos. 

Perfectamente no queda otra que adivinar los motivos de las inhibiciones; verguenza, conducta, intimidad, gestos volátiles de los roces y el temor, que cristalizan sintomáticamante la fenoménidad contemporánea. 


A los que se subsumieron, aplicaría la intromisión correspondiente, de los vándalos desganados del amor, que bajo escuela reiterativas del odio rencoroso, estimulan supeditar la erudición de los grandes.


Una andanada volcánica que mecha con los paralelismos del Universo sagrado. Que cuando les habla el Verbo Trinitario, seducen ideas terrestres que ya ni siquiera conforman. Eso es lo que entienden los planeadores. Que las directrices energéticas que generamos se dislatan en mero cúmulo de idiosincrasia. Alma mater, sí lo permiten, me encuentro des-fasado de las líneas gravitacionales que apuestan pálpito en alguno de los desaires rocosos solares.


Perogrullo de los que acarrean ser espléndido. Otrora monísimo y sin vastedades.


lunes, 9 de julio de 2012

2 Entramado

Fondeaba la estima, pero tuve que ser versátil, a lo que respecta de los siguientes hechos:

No Querido, no. No cuento con los meticulosos niveles de Tecnología para hackear, digamos, algún tipo de insolencia, discurrida por los carácteres mediáticos.

Sí esta visto y probado que las conexiones de los telépatas pueden aggionarse aun más. ¿por qué debería desaprobarlo?. 

El gasto en este contexto se torna inoportuno. Ni siquiera supimos a-consensuar en lo básico.
Contándonos como materiales diversos e idóneos de apreciación, escindimos nuestras nociones espirituales en son de altivos criterios verticalistas. Y no nos dicen que practicamos al falo, lo que la lógica de verdades espurias y obsoletas no nos da.


Lamentablemente esa prole se radiactivo. Tiene tanta razón que, entre las secuencias aisladas, devengadas, y aquéllas del devenir, me encuentro al límite. 

Un secuencialismo grandilocuente, pudiente, estudioso de abreviar atajo para honrarte. Bajo tales términos, no quisiera ser exclusivo, no gratifica, no cuenta, me desterritorializa. 


Y por acaso, en la tupé que tuviste en mencionarme, bajo el mejunje, "roles de la discordia", no guarda agravios conmigo. 

Es deseoso que sepas de la pasión de conmoverse, pero no en el sentido de, capricho fantasmal y omnívoro. ¿Te escuchaste alguna vez?, plausible golpe bajo por doquier, control social.

¿ Guarda relación, entonces, inmiscuirse en ese espacio soberano de los mortales, adquiriendo señales probas del resto?.



jueves, 5 de julio de 2012

1 Entramado

Lo aborrezco, pero tengo un sensación, sublime de inestabilidad.
En diversas formas y bajo la férrea desaprensión de manifestarme, no logro amalgamarme. Es una estampa rectora de Vida. La gruesa munición de soportar las levitaciones.


Sí pudiera afirmar desinteresadamente los vectores patrimoniales que nos yugan, ya no sería distinto. Se me antojaría un hacha para desmitificarlos y ya no tendría sentido. Me arrogaría las tinieblas y de paso porque no, todo y cada uno de los cielos. 

En muestra pueril de mi concordancia, quisiera la desintegración. Enalteciendo la propiedad de tu cuerpo para que seas mía. Otrora corazón y hambriento de conocerme.


Se que te evades, una y otra vez,de mí, teniendo los alicientes correspondientes, pensando que la ingratitud ya la has dimitido, sonrojando libertades casi a escondidas. Eso se llama rudeza existenciaria, que nos demanda paliar cualquier concepto que no logre satisfacernos.


Inobjetablemente a nuestras supuestas ineficacias de moderarte, pacificarte las violencias verbales, abstractas y concretas, blasfemías que crían anticuerpos, pero que nunca lograrán ser resarcidas, te despojare de la tierra, del mundo en que concibes cómo mundo, de las montañas que se agrietan para darte vida. 

Pedirás de la oscuridad un infimo calor para amedrentar el respiro. Y no, la doloridad tardía cuando nos preguntábamos por los olvidados criterios de misericordia.

Una sabiduría que navega extracontinentalmente y no se aglutina, es pérdida incomensurable de amor.