miércoles, 14 de noviembre de 2012

Los Amantes Del Descalibre

Comenzamos por compartir las ideas de algunos sistemas. Considerando que sería apropiado, expandirlo por cualquiera de sus mares.

Pero no queríamos matarlo. No querìamos por el simple hecho de contabilizar sobre nuestras espaldas, formatos de aniquilación que entristecen las sombras de las personas. Pero comenzamos compartiendo algunas Ideas. Idea de la superación. Idea de la mejora del mundo.

Y al rastrillaje de confabulaciones se hizo moderno. Altruismo del porque sí. Pero nunca entendimos nada. Nunca supimos del avance con los mares y la territorialidad de los sacrificios. Y acaso porque sí. Pero absorbentemente inapropiado.

No quise decirle nada. Me suponía sincero. Creyendo la verdad del mundo, y esas cosas que calientan mi mente. Pero no quise matarlo. Sólo era llevar una idea, y completarla de cabo a rabo. Pero no. Fugarse.
Escaparse de los caminos vectoriales. Quien sabe. En rigor, los sistemas de ideas ya estàn caducos, absuelven las muertes y justifican los agravios de votarse por sí mismo. Cómo una Individualidad aggiornada de lucro cesante.

Pero comenzamos comiendo los saberes. Impartiendo consignas de la buena voluntad y la serie de tener, entre otras cosas, la responsabilidad efímera de algùn existente. No fue gratificante encontrarte.

Determinar culpabilidades y ajetrear a los otros a que piensen igual, a lo que el buen funcionamiento sistemático de los mundos pide, es un falso poder de ser.

Pero la palabra contra la mía. La palabra desazonando chirlidos. Y el que arguye enamora. Cuestiones que no soporta interés.

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