miércoles, 7 de noviembre de 2012

Puré de Mandioca

Una droga soberana que lastima el alma de los artificios.
Arrastrándote el molde, de la sinergia hacia el espacio.
Y hay que saber de las monstruosidades terribles y sus sistemas.

Y a pesar de la corazonada, las razones se burbujean con suavidad, casi
diciendo que no sabes del Amor porque sí. Cómo si las justificaciones de consumirte, debieran ser, justificaciones de consumirte. Casi al placer de desarrollarme.

Recordarte entre el populacho, la soledad de brindarte adiós, en la mismísima capacidad de instaurarte.

Decirte del dinero y esas cosas. Aunque sepas que no importa. Aunque sepas que nunca soportarías el bienestar del mal y sus descendencias.

Drogarme. Drogarme porque sí y luego omisiones. Y que sepa Dios.
Y a la altura de las circunstancias, la confianza de obnubilarse con vos.
Puré de Mandioca.





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