jueves, 31 de enero de 2013

Incendio, Bosque, y Precariedad

Cuerpos comprimidos y de variadas intensidades. Cuerpos ostensibles y peligrosos de la mediocridad. Cuerpos que meditan saberse desechados y rogados.

Cuerpos, y la preponderancia de la sociedad que los enorgullece.


Cuerpos en travelling del tiempo. Distanciados, flameados, corrompidos en las metas específicas de la grandilocuencia.
Cuerpos que en su puta vida, supieron de la realidad de Dios. Cuerpos desazonados y sin ganas de moverse. Cuerpos.

Cuerpos interiorizados de la necesidad de derrumbarse y sin pasiones.

Cuerpos absolutos y ensangrentados con la teoría de la historia. 

Cuerpos que en sus mentes perciben la maldad práctica de dios y ni lo encajan. Cuerpos.

Resultado entonces para los cuerpos que no obtenemos la coloridad del paraíso, es lidiar, entre otras cosas, con la perfecta superación de la abstracción, número imperfectible de alguna, desquiciada, alea del mundo. 







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