jueves, 21 de febrero de 2013

De Las Consideraciones y Los Amantes

Te he traicionado. A la manera de las razones, pero te he traicionado.

Y eso no implicaría dolor, culpa o desagravio para mí, si no fuera por el hecho de no desenvolverte más.


Te he traicionado. De la manera más recurrente y legitimable posible.


Sabiendo que engañarias al mundo, con un sablazo por la cúspide.


Pero te he traicionado. Desarticulando verdades, a semejanza

de las posesiones con pasión y sus instintos asesinos.

Pero nunca supuse activar la sospecha, de herirte de alma, de amor, de un deseo sin mundo.


Te he traicionado. Explicando las cuestiones indefendibles y  me he aventurado sólo por instancias de la perfectibilidad. 


Que explicaría entonces las sensaciones, la perceptibilidad, si te he traicionado con furia, con lujuria si se quiere, desafiante a la potencia del acto, y alguien no nos denegaría en abstracto.


Pero te he traicionado con el sentido de traición que observa y credibiliza  más guerra.


Traicionado. Cómo a los vástagos los padres sin ley.

Una ejecución de hechos,  y sobria traición de los amantes.




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