Reiteradamente utilizaste y ocasionaste plagio sobre mi persona. Reiteradamente lo subsumes, lo encandilas y permites el delito fantástico de los espectros contra mi cuerpo.
Pero como antojarte las dimensiones sí no recuerdas nada. Ni el alma del derroche, con la telekinesis diaria, y esos escollos del solitario mar ocasional.
Que aún, determinando las cuestiones básicas del amor noble, guerrero y expansivo de la comunicación honesta, es necesario para dominar la mente, el olvido sincero y su remontabilidad.
Pero prefieres a otros. Al amante ideado bajo la zozobra delictiva.
Al que hiere sin lamentarlo. Con oportunidad de goce y al desbande de lo ingenuo.
Quisiera tenerte resonando la idea de mundo. La idea de mundo que no despierta tristeza. Esa conclusión que no admitiría que existías.
Pero como antojarte las dimensiones sí no recuerdas nada. Ni el alma del derroche, con la telekinesis diaria, y esos escollos del solitario mar ocasional.
Que aún, determinando las cuestiones básicas del amor noble, guerrero y expansivo de la comunicación honesta, es necesario para dominar la mente, el olvido sincero y su remontabilidad.
Pero prefieres a otros. Al amante ideado bajo la zozobra delictiva.
Al que hiere sin lamentarlo. Con oportunidad de goce y al desbande de lo ingenuo.
Quisiera tenerte resonando la idea de mundo. La idea de mundo que no despierta tristeza. Esa conclusión que no admitiría que existías.
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