viernes, 19 de abril de 2013

De la Conciencia sin Alma

Se odiaron por la guerra hasta decirse venganza. Se odiaron y mistificaron. Pero nunca determinaron los motivos concretos del resquemor.

Poder, querer y la negación de la negación.

Se odiaron. Enfundaron la sintomática de la ansiedad y lloraron.

Pero esgrimieron cosas. Absoluta reserva para no dificultarse.

Y mientras tanto yo ardía en la calamidades de los niños con sus construcciones referidas a no sé qué mundo austero y deseable.


Pero pensaba ardides. Escapar, encontrarte. Lidiarte en la venganza.

Aclamarte sí fuera necesario. Y no creo pertenecer a la neutralidad que algunos dicen poseer.

Necesitaron posicionarse casi como espías. Apoyarse. Pero ya no creo en la pasión.

Se odiaron. Tomaron la guerra y se odiaron.


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