martes, 2 de abril de 2013

Esbozo del amante en clandestinidad 1

Al clamor de los motivos adversos volviste a mirarme con emotividad.

Aunque nunca supiste de mi destino, ni te halla interesado la vida de sufrimiento que supiste articular, volviste y gatillaste el desprecio hacia las razones de perdurabilidad.

Esto es lo que cuenta verdaderamente en el instante de enjuiciar tu amor. No por lo intereses contrarios al desplante de otorgarme, ser amante. 
Sino, por esa razón, strictu sensu, de aparentar el bien, cuando en verdad, te afianzabas en el mal.

No creo, ni merezco salvarte, Tierra. Ni mucho menos, esa posteridad de vivir, qué cómo dicen algunos, territorialmente de una mente a otra mente, al rayo de luz que ama y se va.

Pero menguando en un amor delicado y fino, que derrama tristeza al son de un mundo real y desprejuiciado, no dejo de manifestarte el dolor y el rechazo. La angustia de perecer clandestinamente.



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