En sentido diverso, una consolación del mal se despliega y minimiza en grados distintos. La clave de la congruencia despótica que nos razona y define entre otras cosas, la práctica de vivirse del mal.
Y entonces uno debería adiestrarse y banalizar la semblante. La constelación del mundo que permite legitimar la eternidad, la forma en que se consuela el mal.
Consolarse y mirar sin miedo, la solidificación de los argumentos del mal.
Darse el ánimo suficiente para lucirse en la humanidad.
Estratificarse, Acordarse no, del momento enunciativo de la falsedad en el hecho de la historia.
Y nadie esgrime, por justa eliminación de la noción de sensibilidad.
Uno perfecciona, en todo caso, y no queda alternativa, consolación de sistemas congruentes del saber y por el saber.
Y sí supiera de una mente nuclear que exteriorice sin querer, una voluntad del grato poder de honrar, diría de la consolación. Diría del mundo. Diría del mal.
Y entonces uno debería adiestrarse y banalizar la semblante. La constelación del mundo que permite legitimar la eternidad, la forma en que se consuela el mal.
Consolarse y mirar sin miedo, la solidificación de los argumentos del mal.
Darse el ánimo suficiente para lucirse en la humanidad.
Estratificarse, Acordarse no, del momento enunciativo de la falsedad en el hecho de la historia.
Y nadie esgrime, por justa eliminación de la noción de sensibilidad.
Uno perfecciona, en todo caso, y no queda alternativa, consolación de sistemas congruentes del saber y por el saber.
Y sí supiera de una mente nuclear que exteriorice sin querer, una voluntad del grato poder de honrar, diría de la consolación. Diría del mundo. Diría del mal.
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