domingo, 6 de octubre de 2013

Verdad, Ciencia y manifestación

Un duro informe podría ser, sí se quiere, la verdad en el conocimiento. Un conocimiento denominado, en todo caso, expresión del porque sí.

Verdad en el conocimiento, pero por capricho de la información alterada. Referencia del antagonismo. Duplicidad, mentira y leve extorsión. Otrora falsedad de la ciencia.


Pero el conocimiento se expresa. Manifiesta la inquietud, pero no, a importancia de la altitud del deseo. Combate las agallas de la complacencia. Dignidad en cuanto verdad.

Y sí las fórmulas del conocimiento podrían abrir el espacio, en cuanto belleza desvanecida del cielo, ya no habría manera de cerrarlo contundentemente. 


Porque acaso la construcción, límite permitido de la ciencia, cuando claudica en conocimiento y verdad, desarrollaría en paralelo el nuevo objetivo previsto. Ciencia. Manutención del ala, hábito afín de la naturaleza.

Y entonces las explicaciones. Donde alternativamente viven y reinan conceptos y similitudes por doquier, que la metaciencia, lengua falaz, legítima para escaparse de la serie o, a veces por lástima, la recogen de la mano del dolor con la austeridad del principio. 

Ciencia. Conocimiento y estupor de la mente.

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