martes, 10 de diciembre de 2013

Ignorancia y Felicidad: Conceptos propios del Amor

No resarcimos nada. Ni siquiera las ganas de no verte.
Ni esas mínimas intenciones de desplazarte verdades. Porque aunque construyamos situaciones de índole lúgubre, no resarcimos nada.

Pero intentamos el amor. Con la propia banalidad de la tentación. Deteniendo algunas de las interpretaciones correctas. Para que sepas. Para que aprendás, de los sentidos raros de la ignorancia.

Y aunque la mente niegue de tú amnesia, vendría para contrarrestar las alteraciones de los espectros.

Porque nunca me arrodillaré ante la naturaleza. Que lo sepas, es otra de las diversificaciones  del amor. Que no resarce nada, pero invita a consolidarte en otro pensamiento. Dubitativo, tenso, molecular. 

Ya sé, honestamente confundimos la sincronización de la idea. Porque eventualmente somos ignorantes de conocimiento. Y nos place. Nos place cómo el hecho de no volver a dilucidarnos más. Otrora, amor de los vientos.

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