lunes, 17 de febrero de 2014

Del Sedentarismo y la presunción de causa

Esto debería interesarles sólo a aquéllos que despotrican contra el presunto accionar delictivo del amor.

Entiéndase, de la individualidad para el aislamiento, del egoísmo, y los discursos efectivistas para deshonrar al que te quiere bien.

Graves consideraciones que fluctúan a modo de intentos pre-reflexivos, sin sustento de la realidad. Pero accionan. Accionan normatividades y accionan deslumbramientos del porque sí.

Pero debería existir algún sentido entonces, del principio del amor. De un amor noble y sin resquemores con la posible fidelidad del reino de la naturaleza. 

Pero auguro que eso es demasiado. Acaso perforarme las ilusiones obtusas de amarte sin contratiempos, de poseerte sin naufragar por los propios celos de lo ajeno. Porque cuando un amor crece, también la desconsideración se eleva en la mente, haciendo de lo salvaje lo más extasiado del alma.

Entonces a veces, en los relámpagos de los movimientos unders, se arguye lo sensato de presumir lealtades a la intuición del amor por la autenticidad. Pero no con la astucia concomitante que despliega verdades para algunos y mentiras para otros. Como decir, abjurar que esto es demasiado. Presunción esplendorosa en contra del amor.

1 comentario:

aguanteelamor dijo...

es increible este blog.
me re encanta! desde dos dias te leo sin parar.
un abrazo!