viernes, 14 de marzo de 2014

De La Autoestima A Los Galopes De La Depresión

Estas son las consideraciones  que el mundo no quiere creer. Envalentonarse por motivos de dinero faltante y esas cosas que no gratifican a la gente de bien. Tufillo resultante de varias diásporas negadoras de la realidad.

Pero que bien que hace el dinero a los pobres. Los hace nobles, justicieros.
Absorbiendo la mediocridad que otrora, otras sociedades enorgullecieron.

Y aún nos enojamos por las decisiones que obligan, a libertades truncas de total autodeterminación.

Simulando idiosincrasias de otros mundos, que perforan nuestros corazones con rabiosas recetas de gurúes que saben más de rezos inoportunos, que de los males que soportamos.

Por eso me refugio en abstractas consideraciones del amor. Aunque se supone que quiero de verdad. Un mundo aparte y otra delimitación.

Y acaso los allegados que pretenden los amantes, no sean los mismos de siempre. Sean de siembra, no de la conmiseración.
Por eso pretendo de tí. Del amor. Del salvaje.

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