jueves, 20 de marzo de 2014

El Argumento De Los Mentalistas

No entiendo la posibilidad de que sea posible el argumento. Quererte sólo por motivos del calor infrahumano, en verdad, no adquiere relevancia suficiente para empecinarme en el goce.

Acaso sea, por cuestiones personales que tributan por el sustento del pan y esos motivos básicos de alguna supervivencia. Pero no entiendo igual la tesis de la posesión del argumento. Sí sólo fuera por acciones monetaristas, ya estaría en el cielo. Admitiendo los errores de  la vida y elucubrando intenciones de maldad de los otros.


Pero no interesa. Hago saber que el mundo funciona sin la mente humana. Que al propio sujeto de la cosmovisión terminaron denostándolo por los improperios de las armas nucleares.


Entonces es esplendoroso robarse unas almas y pensar que el viento dirá de las responsabilidades. Dudando inclusive si los vestigios de las austeridades tienen que ver, con decenas de artificios vinculados al sistema de encubrimientos.


Y nunca nos lamentaremos aparte, de ser artífices de varias luchas comunicacionales. E inclusive, generadores de supuestas informaciones falsas. 


Porque al miedo del amor auténtico sólo se lo juzga a ultranza de pedir la felicidad. De momento, la perfección humana de la teatralidad.



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