viernes, 27 de junio de 2014

2099, Introspección y certeza plausible

No buscaba entonces, un mundo desterritorializado de abandono y sincretismo de conducta salvaje. Buscaba nada más que una gotas de alimentación. Y estaba plenamente acostumbrado a la dominación de la técnica con la física.

Aunque era irrenunciable. La demostración de desinterés que existía en las condiciones básicas de aprendizaje eran, entre razón y ficción, absorbentes para cualquier cultura de la introspección. 


Y había que saber. Dinero y metafísica  con el turismo de la deportación. Altas creces con la analogía foránea.


Pero desairado de la propia infidelidad, y sin ánimo de pertenecer a los auténticos amores de clase, nunca te diría que dios existe y que enaltece la secuencia cardíaca del mundo. Más que nada, porque sedimenta las variables de los tercos y lúgubres cuantificadores de la histeria con la realidad.


Acaso nunca; se ríen, cuando desconocen la yapa de los méndigos: articulando lenguaje y desaire por la duda. 


Es un duelo. Milonga y el posdatismo de la crucifixión.


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