lunes, 25 de agosto de 2014

Profunda Pendeja del Campo

A ciencia cierta, no podría determinar la profundidad telekinética de tus gestos hacia la sociedad de clases.

 A veces, es tan difuso el apareo de ideas, que contradice lo que aparentemente sería la mejor aplicación de la emancipación femenina. 

Y por lo bajo, hombres de izquierda enaltecen las propiedades desiderativas de su ser. Aunque nada es tan campestre en el mundo, cómo creer que el amor brillara en ciudades televisivas y antisistémicas de la elucidación profunda.


Campo y bienestar siempre se llevaron bien. Campo de la naturaleza y contracultura nunca dejaron de articularse. Y es verso lo de desearse por una consideración permisiva y que transgreda las normas. 


Aunque es amoroso el vello púbico escondido en los deseos del rol de padre. Aunque no sea jovial y esplendoroso, y permanezca oculto en los topos de la inteligencia vernácula. 

Haberse visto. Nunca las comunidades hegemónicas se untaron
 el nombre, con posiciones mágicas que echaran luz, a seres de ciencias con otra dimensión. 

Porque la legitimidad la otorga el resto. Pasiones de pendejos y gresca del amante volteado.

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