viernes, 31 de octubre de 2014

Delito De Nave

La sangre pulenta se hizo falaz, cuando el estanciero de la carne encontró otros motivos promisorios donde alegrar su corazón.

Muerto el espíritu, la confesión de los iracundos que circulan sin cosmos, brazea en éxtasis, con las ideas que confabulan amor y sustancia dionisíaca.

Tupidez conceptual que no se relata, entra en la esfera de reírse por temor a la instancia de un tiempo desequilibrante.

Dudas y tibieza de una libido avergonzada nada quitan, cuando de la sociedad escondida, aparece el resucitado.

miércoles, 29 de octubre de 2014

Chancha, Bodega. Alter Ego Desconocido

Argumento lo decisivo para no quererlo más. Su cuerpo evidenciaba el cansancio, el estupor. Y el profesional de la ciencia le dictaminaba a ralenti, los estragos de perforar luces sin sombras. Aunque fuera dilatadamente, subterfugio de sombras, termodinámicas y desiderativas.

Era lógico para colmo, que se enojara de un amor cruento de infidelidad y asfixiante del placer vigente. Y sin su coherencia explicativa, roles cambiados y sin enunciado.

A verse visto, tan sarcástico y payaso de los deseos de los pobres. Total, el invento de la telepatía es fructífero para los incrédulos que no paran de abastecerse de la consideración pertinente. Inclusión como chanchos de los chiqueros.

jueves, 23 de octubre de 2014

Yeguas, Smoke de la Elucubración

En cuanto a la consideración del plagio, no habría motivos para detestarte.
Sólo es que el mundo, no decide sus vacilaciones por sí solo. Falta coraje del amarse, en estas implicancias sin resarcimiento. Amor profundo y sin desgaste emocional. Que apenas pretende de la vida, algo más que un pescado dilucidado de las vertientes poderosas y su escaseo.

Y aunque tu terreno del conocimiento huela a humo comprado de cárceles victoriosas de alguna bondad, no te creo lo del amante eficaz. 


Amoríos y frustraciones son lo mismo, a la parte de la felicidad. E inclusive tu dolor, tu dolor no es, por ausencia de un falo creíble. Es por viciarse de la frivolidad permanente. Que te ama. Hiper-imaginario y luego te deja, cegado de la motivación del juego.


Era yerro entonces amarte sin un sexo pertinente.


Lobita escondida, de la historia titubeada sin ningún silencio.

martes, 21 de octubre de 2014

Perejiles de las Luciérnagas

Mercancía. Quería una y no la encontraba. Era apetecible el fenómeno de la igualdad y el transparentarse de clases. Una especie abarrotada de idealizaciones puras y sin carnada. De pronto, dilucidar los enojos de un amor berreta, llevado de las narices sólo por la información de los vientos, es promisorio del amante.

Pero lo vieron nacer y acurrucarse al lado de la ignorancia. Envuelto en llamas y supeditado al destino. Cómo miles de los desaliñeados ingenuos.

Y te vi caer, en la secuencia de los informantes incultos. Obvio, tristeza enarbolada de mí. La mente sin pasiones se vuelve terca, en el momento de la consideración pertinente. 

Imagen del mundo distante del apoderamiento constitutivo. Vivencia del fetiche moral.

domingo, 19 de octubre de 2014

Tendencia a la desconfianza del mantra

Venía un canto de las verdades supremas y olvidaba las consideraciones éticas de la vida bella. Oprobio de las palabras y lengua muerta por parte del tedio.

Yo nunca quería del goce. Gozaba de la inspiración nuclear y, una ficción ermitaña de las ideas del bienestar. Yo, con el ego de los hombres pasaré a la finitud rapidamente. Amor, prestigio y desilusión. Sincronía de los misterios deseados.

Embrujo y raid de la ciencia. 

viernes, 17 de octubre de 2014

El Aura de la Vitamina Olvidada

Entonces entre otras tantas cosas del amor secularizado, olvidé que te había amado. Olvidé de la importancia de denominarse correcto y aparentar decisiones contraídas de sensaciones que no inventan a nadie.

Pero me persuaden, del aura maravillosa y lo fluctuante del aparecer embravecido y lujurioso. Vietnam, selva conceptual. Y ya sé que no hay distinciones copiosas para llevarte al kamasutra y lograr una ventaja desapercibida.


Daña mi sabiduría y la enrosca con cuestiones del alma que, siendo sincero, destapan violencia y quejidos de la drogadicción perfecta. 


Y para que tentarte cuando es dable suponer la propagación de ideas cuestionadoras e hiper desarrolladas. Acaso yo no tengo la desazón del tiempo impío. Tengo clamor, belleza y sudor.

miércoles, 15 de octubre de 2014

La Testigo Fraudulenta

Siendo Almodovoriana, siempre me arrancaste un suspiro de hartazgo. Suspiro de las mentiras que soportan las mujeres fieles e ignorantes.

Y acaso, hombres déspotas y enamoradizos. Pero quería dilucidarte de las mentiras a favor del bien. Un bien retrógrado y escurridizo. 


Obviamente a expensas de los fenómenos  que te garantizan la superficialidad de un amor caliente y desapasionado. Es decir, desunido de las consideraciones anárquicas y sin contemplaciones del reino de los cielos.


Y sí fuera por mí, nunca te querría, nunca. Aunque venga un sentido y me mate resplandeciendo.

domingo, 12 de octubre de 2014

Los Procesados de la alteridad flotante

Siempre me hablabas de la teoría del injusto. Del hecho injusto y de la particularidad del ambiente inhóspito.

Pero no ponías decisión para cambiar las raíces del asediado flujo caníbal.

Y el injusto en el mundo, en el adrede de la dominación corporal, era influenciado por agnósticos de la benevolencia. Propia reyerta, pero daba las razones para legitimarte por lo bajo.

Y la calumnia es doble para un corazón insolente aunque no tenga sentido de elucubración real. Francamente soy sesgado, a la intromisión de una intimidad que rara  vez, sea vertiginosa como culpable de acusación de desaire.


Por eso, por motivos desconsiderados de mi vida, fui negado. Confabulado y agrandado en externas historias. Sable de las profundas. 

martes, 7 de octubre de 2014

Ala Roja De La Cabeza Centralista

Pensar distinto no implicaría averiguar tus deseos más ocultos para saber apuntar, a tus zonas más débiles del desencantamiento. Eso es, lo que sistemáticamente hace el resto de los mortales para zanjar las distancias verticales y voltearte. 

Pero consideraría de mí, otra posibilidad de ser. La astucia la dejaría para legitimar un amor verdadero. La elegancia para dedicarme a soterrar una vida preferentemente digna, proclive a instaurar verdades olvidadas y llenas de corolarios intempestivos.


Capaz me atraía los detalles de un cuerpo esbelto, pero denegado de lo sublime sin particularidades ficticias.


Y toda vez que querías mi decoro cómo carne para el destajo, te enardecías de pasión por hombres monitoreados de virtualidades truncas, flash y alarde de lo territorial vivido.


Acaso cardumen, sin principios de los océanos incongruentes. Te vi domar. Te vi reinar. Ala roja sin posibilidad de amar.






lunes, 6 de octubre de 2014

El Síndico

Tuve amnesia pero no quería decirlo. Era grave olvidar los acontecimientos de aquellos recuerdos que sujetaban mi mente al odio de los errores pasados. Suponiendo historias de pueblos inertes y creídos de un destino oblicuo, de desesperanza y amor por la fe redentora.

Acaso el orgasmo de la nutrición, sea mejor que las palabras ajenas. Pero me iría igual a buscarte, a convencerte. A demostrarte de los errores de la matemática y de las ciencias que acaso saben más que el mal. No quiero ponerte adrede, pero ausente en el sentido auténtico de la lujuria, no existes con la inteligencia sensible que necesitan los pos-revolucionarios.

Carpe diem y la ingrata sensación de amarte. Y sí me vieras hoy, no me creerías. Tan alejado de los valores supremos, que no me creerías. Tan intuitivo del calor de la rosa, que es obvio e insurgente. Snob del arma y bueyes que depositaban. Pero nunca voy a olvidar que decías que me amabas. Que detentabas corazón y rock acaecido por el estilo. Yo sí que te enamoraba. Lo sé. Yo sí, te detentaba.

La Ignorancia, cicuta de los impostores

Principalmente, por cuestiones nefastas de la sociedad de clases, es evidente que la ignorancia no se sale de mí. Y entonces tengo que pretender (por motivos análogos al sufrimiento) que designes el cambio de actitud por fuera de las vicisitudes implicadas.

Eso implica Amor. Algo que habías olvidado por pelearle a Dios y su soberana idiosincrasia inexistente. Pero no te culpo por melancolizar los malentendidos de crianza que hoy en día, caducan ante el fuego de la apariencia. Falso rastro y epílogo de los narcisistas.


Y sí fuera por mí, no crearía las reglas que más te tientan. Te otorgaría tu esfera, y de ahí al mundo.

miércoles, 1 de octubre de 2014

Hackear por la enmienda obligada

Era meramente condicional el subterfugio de explicarte esas cosas obvias, que suponen la demostración de la no carencia de afecto. Propiamente lo digo, a falta del rigor en mis modos de expresar la correcta apreciación del momento. 

Y supe que siempre alardeaste sobre el amor vivido. Sobre la impronta del mundo que dejaron tus antepasados. Donde existían amoríos falsos, que caducaban al tiempo de autenticarlo con otros. Y premeditadamente falseabas deseos e intereses sentidos de terceros que pretendían el control disposicional de lo acordado.


Era obligatorio entonces no juzgarte, cuando mi corazón estaba más para esgrimirte razones impenetrables que, de poder conquistarte y amarte. Y no por sincronizar mi alma con otros sentidos y motivos genuinos, dejo de ser ético con la elucubración de un amor todopoderoso. Pero adrede me repetían tu nombre. 


Tú felicidad. Tú deseo de sapiencia escondida. Y al esmero de los datos sensibles, la penetración del axioma verídico. Me permito lo malo, la ínfula que desacredita mi personalidad. Aunque cualquier comienzo con la realidad sea una instancia sujeta al tiempo vivido.


Conmoverse sea acaso tanto cómo para mí, no lograr la verdad, pero sí apreciarla.