viernes, 17 de octubre de 2014

El Aura de la Vitamina Olvidada

Entonces entre otras tantas cosas del amor secularizado, olvidé que te había amado. Olvidé de la importancia de denominarse correcto y aparentar decisiones contraídas de sensaciones que no inventan a nadie.

Pero me persuaden, del aura maravillosa y lo fluctuante del aparecer embravecido y lujurioso. Vietnam, selva conceptual. Y ya sé que no hay distinciones copiosas para llevarte al kamasutra y lograr una ventaja desapercibida.


Daña mi sabiduría y la enrosca con cuestiones del alma que, siendo sincero, destapan violencia y quejidos de la drogadicción perfecta. 


Y para que tentarte cuando es dable suponer la propagación de ideas cuestionadoras e hiper desarrolladas. Acaso yo no tengo la desazón del tiempo impío. Tengo clamor, belleza y sudor.

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