Una culturalidad tan alta, que no escatima violencia y espontaneidad de sus allegados. Pero no importa. Es el desprecio común que confluye en la ignorancia renacentista y mala-educada de la época.
Y sin considerar sensibilizarte, nunca quisiste de verdad. Porque embriagarse y enamorarse de cosas bellas es fácilmente realizable. Pero querer de verdad, no parece tan plausible de veracidad.
Es por eso que preguntarse porque no me extrañaste es una obviedad perfecta y no malograda. Que ni siquiera el candor de los días relámpagos van a mostrarle a tu mente, el hecho de ser auténtico y querer de verdad.
Premura y consideración.
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