sábado, 6 de diciembre de 2014

La Finca, Prolegómenos y el status circunstancial

De todas maneras, la idea de que la coyuntura del desaire implique en cierto modo, una profunda desconfianza al porvenir de los más atrasados, no creo que tus intenciones sean falsas. 

Dormitábamos en la finca y nunca sentí la prestación de las palabras fidedignas del despertar sexual.


Una idea bella por cierto, pero problematizada por los arranques inconclusos de no sé que, pasión del miedo y status representacional. 


Antes, cuando creías enamorarte de los dioses, brillabas al cielo y evaporabas la rendición de tu personalidad. Eras cruento. Sensible con la química pero olvidado de lo notorio salvaje de tu alma.


Llorabas desconsoladamente. Y aunque fueras humano, no quisiera verte dilucidar de mi felicidad ficticia. Razón y posteridad.

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