Mantra. El desaliño. Pretensión de cierta delgadez extrema. Y era hora que ayudarás a la sociedad a convertirse en otra cosa. Nunca tenías tiempo, pero nunca hacías nada.
Eso yo no sabía de alguien tan abierto para escuchar las teorías del conocimiento inconcluso. Y el mantra oscuro y metafísico de los que creen organizar la paz te tentó para encadilarte. Dando entrada, a los amores vacíos de dios. Respiración artificial.
Te deje ir. Te quería. Pero te deje ir. Rico el vinagre de los labios.
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