lunes, 13 de abril de 2015

El Top De Caton

Yo ya te lo había dicho. Me ofendiste porque dijiste cosas que difamaron mi nombre y mi honor. Y eso no es cuestión de psicoanalizarme, levantar la frente y olvidar de los atropellos indignos que cometiste.

Y que incluso, oportunamente el resto de tus ambientes comprenden e interpretan a tu gusto.


Fácil entonces generarme ira y desasosiego. Aunque al tiempo de la experiencia, se me enseño a no echarle culpas a los que continuamente complotan contra la paz y dignidad social.


Nadie me prefiere y acaso este obligado a continuar soportando dicha difamación que versa sobre mi persona y sobre mi genio.


Estrategia propia de los talentos de los otros. Pero no digo aún la verdad.

Tópico de los felices y corpus de sus sistemas.

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