Estaba en las antípodas de considerarme Afro, y enunciarte verdades a propósito de los comisarios. A vos ni te interesaba incluso. Fiesta, droga y el lumpenaje vistoso. Yo me la pasaba estudiando. Práctica discursiva y como inventar un amor verdadero para luego ser mantenido en tiempo finito.
Habían cosas que daban para sospechar. Imaginariamente siempre prefería lugares conceptuales y mucho de la idea del bosque. Nada de aspiraciones desérticas y quejumbrosas de la gente importante de los rascacielos. Y venía venir entonces su intencionalidad de unir a los desintegrados.
Se sentaba como para mirar princesas olvidadas del amor de sus padres y reía que nadie se tragaba la cultivación de la carne.
Obiter Dictum.
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