miércoles, 26 de agosto de 2015

Kumbia Marxiana

Individuos salvajes que en uso de sus arbitrariedades cercenan la posibilidad del amor, no sirven para conducirse en pliegos participativos del tercer mundo. 

Y fustigarlos,  en nombre de criterios axiológicos que sólo demuestran lo que hay que ver en razón de futuras rebeliones indemnes, me inclina a venderme a destajo.  Aunque por obra y gracia de los insolentes yo ya estuve en ese cuerpo, loable, descubriendo sus deseos cerebrales.


Pero no lograba generar astucia para desmitificarlos y afianzar las inteligencias qué por honestidad, plantearían la verdad sin construcción potenciativa.


Yo le iba. De una lo amaba. Pero me perdía en la dudas que imponía la cosmovisión de los codiciosos. Al final, de marxiana sólo poseía sus ojeras.

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