lunes, 19 de octubre de 2015

Desconfianza Del Amante Incrédulo

Luego de la última vez de vernos no quedamos favorecidos. Mi idea de amarte claudicó, agobiada por intereses de otros que sumaron a tu desconfianza sensible. Nunca ibas a comprender el desafortunio de vivir infiltrado por quienes no querían que fueras libre.

Ideología del versículo ajeno para decirte que que me sobraba amor, para seducirte en lo que quisieras.


Era tanta la desconfianza, que generabas temblores en el motor de mi arena.


Salía disparado pensando que el reino de los cielos existía y de alguna manera, creía en tus desacuerdos previstos.


Otrora reía de los incrédulos y alardeaba de la ignorancia que me inducía a tus aporéticos furcios. Nada fue distinto. En vez de arriesgarte a tomar la decisión de una nueva vida preferiste la perversidad del sistema abstracto. Yo te quise mía.

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