miércoles, 11 de noviembre de 2015

El Éxtasis Para La Solemnidad

Nuevamente la producción del resentimiento. Odiabas sinceramente cuando te hablaba de bohemia y que sabías poco de mí para criticarme correctamente. Decías lo que te decían que tenías que decir. Y por ello, nunca comprendías del todo la realidad fáctica que se nos imponía.

No quería bloquearte, no lo merecías. Pero jamás estuve tan infeliz con semejante apreciación incorrecta de lo qué algunos llaman: derechos personalísimos, denigrados en cualquier parte del planeta. Eso no tenía ni valor intrínseco.

Entonces el resentido salía a flote. Tanta solemnidad utilizada para negar que verdaderamente desconocías los parámetros legales de decisión ante la infidelidad de un Dios inauténtico.

Yo sin éxtasis igual te amaba.

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