jueves, 5 de noviembre de 2015

El Subterfugio De La Parte

Otras tantas cosas que acusaste sobre mi persona eran ciertas, más que ciertas.

Aunque no iba a detenerme en esas suspicacias del momento y hacerte quedar mal parado con el resto de tus decisiones violentas. Había cine y libros para demostrarte de que algunas reflexiones consideradas, venían a cuento de querer y hacerte observar, varias de las dilucidaciones de tu historia.

Acusarme abruptamente por prejuicios o malas investigaciones era lo correcto. Lo correcto en un ambiente desplegado, incluso adrede, que ignoraba la verdad de las partes. Y en esa verdad, se sacaba tajada importante con tal de ocultar sabiamente ideas dominantes de sumisión y falsos conceptos. De mí no quedaba nada. Absolutamente casi nada de mí.

Yo ya había derrapado para esos fines, la estrategia de amarte cómo nunca nadie lo había hecho.

Preferí aceptar tus acusaciones y ampliarlas. (Que el mundo sea bello ya no interesaba a los fines de la incredulidad demostrada).

Nací. Nací del anticristo y eso me llena.






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