sábado, 19 de diciembre de 2015

Corazón Frívolo Y Desencantado

A fin de cuenta no tenías mucho entusiasmo en superar la valla de la adversidad propuesta por la propia idea de vivir en sociedad. Te lastimaba cómo a cualquier otro, la idea de creer lo injusto como un castigo necesario para darnos cuenta qué no eramos inmortales, y sin necesidad del prójimo. 

(Porque no sabías que quedaba algún sentido, el alma te quedaba estupefacta).

Germinaba una praxis del amor abstracto.  Y por fuera de la construcción de las redes. Igual te tensaba el clima de afecto, por no comprender la idea bella de la intensidad de la sangre.

Una sangre que demostraba la consideración de existir. De existir y lograr la felicidad de la carne. Al mismo nivel del mundo. Al mismo corazón frívolo y desencantado.


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