Yo sufría mucho con las indicaciones dadas de manera turbia y falsa.
Nunca pude saber realmente porque entre ellos se regordeaban en esos intersticios de decir lo simulado y ficticio. Supongo que en la falsa política, habría algo de la fría idea de indicar lo incorrecto.
Y tuve que estremecerme entonces, cuando me explicaban entre dudas y cantos que a través de esas indicaciones incorrectas encontraríamos al mismísimo Padre del Reino de los cielos. Yo tenía un mapita bello y resplandeciente para augurarme, el amor final de mi vida.
Pero era cierto. Dejé de sincronizar la simulación del fraude y volví a la nada.
Supe de mi inocencia perversa y morí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario