Ya tenías todo dicho pero seguías mintiendo. Se suponía que tenías una posición política de izquierda, al menos eso decían los informes fidedignos.
Y que entonces, no te caían en aprecio los militares.
En rigor, habían algunos que trataban de dilucidar la supuesta autoridad moral que tenías para hacerte trizas de un momento a otro.
Yo ni sabía de los espías. Se entrometían en todo y usualmente con ganas de juzgar en sus descubrimientos las acciones del resto.
Había olor a tufillo narco favorecido y de eso no esgrimían precepto.
Nunca iba a enamorarme de tal manera, de la verdad, por sí las cosas. Sí ni la había.
No sé, Dios se olvido de su existencia y se puso a escribir. Tan mal no le va. No tiene mucho por Caracterizar. Tiene un Paper. Tiene Un Blog.
miércoles, 23 de diciembre de 2015
martes, 22 de diciembre de 2015
Acto Disposicional, Sustancia Física
Había un panóptico que observaba con lujo de detalle la vida de los pobres. Se hacía tumultoso distinguir el verdadero contralor y eficacia, cuando se embriagaban de sus observaciones.
Y se hacía evidente que no querían poner coto a la recopilación de datos ficticios y desacreditar al propio fundamento de la calle.
Paciencia y una constancia menor. Enhorabuena del acto.
Y se hacía evidente que no querían poner coto a la recopilación de datos ficticios y desacreditar al propio fundamento de la calle.
Paciencia y una constancia menor. Enhorabuena del acto.
jueves, 17 de diciembre de 2015
Hombres Probos Desbarrancados
Yo solía distinguir entre lo que apetecía mi alma y lo que me sugería el bienestar de algún resto de la sociedad.
Cosas bellas y de índole arbitrarias, eran lo común para los que confiaban en superar el arrepentimiento del ser.
Aunque era cabizbajo el pendejo que creía que Dios era un invento más, metafísico y funesto. Por ello, yo nunca quise parecerme a esos hombres probos y desbarrancados que juraban por la idea superlativa de justamente Dios, y luego se veían con el engaño.
El deseo de la probidad viciada de contenido no me servía.
Juraba y rejuraba que me había equivocado en enjuiciar cuando no era quién. Pero lo hacía. Hombres probos desbarrancados.
Cosas bellas y de índole arbitrarias, eran lo común para los que confiaban en superar el arrepentimiento del ser.
Aunque era cabizbajo el pendejo que creía que Dios era un invento más, metafísico y funesto. Por ello, yo nunca quise parecerme a esos hombres probos y desbarrancados que juraban por la idea superlativa de justamente Dios, y luego se veían con el engaño.
El deseo de la probidad viciada de contenido no me servía.
Juraba y rejuraba que me había equivocado en enjuiciar cuando no era quién. Pero lo hacía. Hombres probos desbarrancados.
miércoles, 16 de diciembre de 2015
Punto, Cuando La Felicidad Era Plena
No era en vano cuando te dije que el tipo conceptual de la medicina holística no funcionaba cuando el soberano se implicaba de fraude.
Y tampoco era en vano almidonarse un poco, para decirle al futuro que fuimos felices por nuestra propia capacidad de serlo. Es decir, nunca inducidos a festejar lo que no comprendíamos y tener que interpretar lo que nos imponían.
En fin. Tenía vértigo el pasaje hacia la instancia mayor. Me quedaba un tic y no sabía si era por la inversión del sistema. Así, en esas ideas temblorosas de cosas que no entendíamos sufríamos el punto.
Y tampoco era en vano almidonarse un poco, para decirle al futuro que fuimos felices por nuestra propia capacidad de serlo. Es decir, nunca inducidos a festejar lo que no comprendíamos y tener que interpretar lo que nos imponían.
En fin. Tenía vértigo el pasaje hacia la instancia mayor. Me quedaba un tic y no sabía si era por la inversión del sistema. Así, en esas ideas temblorosas de cosas que no entendíamos sufríamos el punto.
lunes, 14 de diciembre de 2015
La Eficacia Del Rey Imaginario
Empleaba varias consideraciones inoportunas al establishment de la incredulidad. Al sosiego del amor real, había requisitos que ningún juez del mentado apocalipsis podría infular como eficaces.
Yo lo adoraba a ese rey imaginario que pasaba partes de guerra a posteriori de los hechos incausados.
Y al final de su cosmovisión, evolutiva. Tentaba a los pájaros a dilucidar su sugerencia de felicidad creíble.
Catarsis, daba el groove del ser.
Yo lo adoraba a ese rey imaginario que pasaba partes de guerra a posteriori de los hechos incausados.
Y al final de su cosmovisión, evolutiva. Tentaba a los pájaros a dilucidar su sugerencia de felicidad creíble.
Catarsis, daba el groove del ser.
domingo, 13 de diciembre de 2015
Los Burreros
Auguraba el ex- Militar, algunas de las contradicciones básicas que implicaban considerar un cambio nuevo. Sustentado en directrices superfluas que no desmenuzaban a fondo, las mil formas de la implosión de la carne.
Eso era, para los burreros que pretendían del papel, la mayor participación de sus ganancias.
No teníamos ni los mínimos requisitos de sabiduría para enfrentar la soledad de un pesebre sin gracia. Pero nos reíamos. Nos reíamos y alardeabamos de la superación de la tierra.
Le preguntaba inmensamente a mis padres si desconfiaban de la fuerte intensidad de Dios. No podían imaginarse otra historia.
Eso era, para los burreros que pretendían del papel, la mayor participación de sus ganancias.
No teníamos ni los mínimos requisitos de sabiduría para enfrentar la soledad de un pesebre sin gracia. Pero nos reíamos. Nos reíamos y alardeabamos de la superación de la tierra.
Le preguntaba inmensamente a mis padres si desconfiaban de la fuerte intensidad de Dios. No podían imaginarse otra historia.
sábado, 12 de diciembre de 2015
viernes, 11 de diciembre de 2015
Amnistía Para El Pedante
Teníamos varias significaciones deterioradas y no había manera de sustituirlas. Por eso me detenía en observar el yerro. No pretendía entonces, en aras de la magnificencia decirle al prójimo que estaban obligados a cultivarse y esgrimir autocríticas de lo que nunca comprendieron.
Dios y sus discípulos no eran capaces de perdonar lo que varios ignorantes se impedían de dilucidar. ¿Entonces qué?
Yo me iba al fuego del infierno pero vos me amabas. Yo lo sabía, vos me amabas con un corazón notable y sin el ardid de adularme.
Decías significación y yo ya no sabía.
Dios y sus discípulos no eran capaces de perdonar lo que varios ignorantes se impedían de dilucidar. ¿Entonces qué?
Yo me iba al fuego del infierno pero vos me amabas. Yo lo sabía, vos me amabas con un corazón notable y sin el ardid de adularme.
Decías significación y yo ya no sabía.
miércoles, 9 de diciembre de 2015
Te Dijeron Cosas Malas De Mí
Era inteligible. No podía saberlo. Horrorizaron gran parte del discurso jurídico para acrecentar las distancias concomitantes del sistema.
Al parecer frívolo y torpe en las cosas que te interesaban seriamente, perdí la posibilidad de hacerte feliz de la manera que merecías y eso ahora me duele.
Yo nunca iba a enamorarte en el sentido que imponía el mundo y tener que avasallarte en tu decisión más propia.
Pero eras así. Te decían cosas malintencionadas de mí y las creías así, así porque sí.
Era el viento para colmo lo que te seducía y amabas. Cosas de entonces. Cosas sin sensación de verdad.
Al parecer frívolo y torpe en las cosas que te interesaban seriamente, perdí la posibilidad de hacerte feliz de la manera que merecías y eso ahora me duele.
Yo nunca iba a enamorarte en el sentido que imponía el mundo y tener que avasallarte en tu decisión más propia.
Pero eras así. Te decían cosas malintencionadas de mí y las creías así, así porque sí.
Era el viento para colmo lo que te seducía y amabas. Cosas de entonces. Cosas sin sensación de verdad.
lunes, 7 de diciembre de 2015
El Avestruz, Cero Implicancia De La Modernidad
Estaba convencido entonces de que me pertenecías. Habían intereses de por demás, opuestos en mi mente que cabalmente me insinuaban que iba a quedar con mucha desazón.
Era un incrédulo convencido de la posibilidad de amar ante cualquiera de las circunstancias que disminuyeran mi ser.
Tenían razón encima. Aquellas suspicaces despechadas que no volvieron a considerar mi nombre, ni por casualidad ni conveniencia.
Y yo, cero indignación.
Era un incrédulo convencido de la posibilidad de amar ante cualquiera de las circunstancias que disminuyeran mi ser.
Tenían razón encima. Aquellas suspicaces despechadas que no volvieron a considerar mi nombre, ni por casualidad ni conveniencia.
Y yo, cero indignación.
viernes, 4 de diciembre de 2015
Chico Americano Y Feliz
Yo creía en la virgen, lo supe desde el primer momento. Después me engaño. Me engaño obviamente por el propio despliegue de la historia. Quedé con el as y siempre resentido. No quería de las explicaciones furtivas que implicaban aceptar el error de mi vida.
La amaba aunque debía soportar todo el prejuicio de clase cuando murmuraban que ella, no sabía nada del mundo y decía sólo de la experiencia.
Yo me veía feliz y augurando el desenlace de la virgen terrenal y ficticia. La enamoraba de ideas bellas y posiblemente superlativas. En rigor, renegaba de mí y de la incomprensión del feedback.
La amé. Digno del amor y su revolución.
La amaba aunque debía soportar todo el prejuicio de clase cuando murmuraban que ella, no sabía nada del mundo y decía sólo de la experiencia.
Yo me veía feliz y augurando el desenlace de la virgen terrenal y ficticia. La enamoraba de ideas bellas y posiblemente superlativas. En rigor, renegaba de mí y de la incomprensión del feedback.
La amé. Digno del amor y su revolución.
miércoles, 2 de diciembre de 2015
El Mañanero
Me entrometí en la pelea para capitalizarte el desarrollo de la intromisión de la parte errada.
Cosa de abogaditos bien. Pero era incierto que la vaca mendiga nos dijera la verdad. Aunque no nos importaba.
Secreteaban que se adeudaba un plus y los latigazos se sentían ya sobre mis virtudes.
¿Daba para hablar?.
Anoche soñaban con tomar el poder de los incrédulos y acaso, permitirse un rato de amor pasajero.
Unitario de todas maneras, el disco que me halagaba en el talento de domar preceptos no científicos.
No lo supe.
Había obligación de inmolarse y negar cualquier sabiduría que nos muestre blanco de los contricantes.
Yerro. Amaba a los espías.
Cosa de abogaditos bien. Pero era incierto que la vaca mendiga nos dijera la verdad. Aunque no nos importaba.
Secreteaban que se adeudaba un plus y los latigazos se sentían ya sobre mis virtudes.
¿Daba para hablar?.
Anoche soñaban con tomar el poder de los incrédulos y acaso, permitirse un rato de amor pasajero.
Unitario de todas maneras, el disco que me halagaba en el talento de domar preceptos no científicos.
No lo supe.
Había obligación de inmolarse y negar cualquier sabiduría que nos muestre blanco de los contricantes.
Yerro. Amaba a los espías.
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