domingo, 19 de abril de 2015

Wicked Games

Perdí la ciencia. Elucubrando lo abstracto de lo desconocido, vi el dinero y rápidamente me sentí tentado. Aparte del peligro en las intromisiones respectivas de clase, no quería usufructuar de tu mente cualquier pensamiento fructífero.

Era igual. Las consideraciones de la ciencia en algunos momentos prácticos, se tornaban frívolos. Sin sustento legítimamente para depurar meditaciones agobiantes y esas cosas de la modernidad.


Pero faltaba más.  Amo y esclavo no suponían un mismo ser. La diferencia confirmada en la historia de sus apreciaciones, eran nítidas y a la vez complejizadas por no se sabe quién.


Ahora capitalizaba el amor. Pero no me importaba.

Perdí la ciencia. Dolor y perversidad.




No hay comentarios: