miércoles, 3 de diciembre de 2014

Los Chicanos, dopamina del libro obsoleto

Otrora la luna era un invento para magnetizar mí corazón del esclavo. Y el efecto era fulminante para mis pies. 

Cansado y sin dolor oculto del alma, te engañe la mano para deleitarte de los deseos críticos y permisivos del mundo. 


Aparte, ahora los soleados miden sus fuerzas con los contrarios que nunca dejan de vanagloriarme. Aman la noche y las nupcias de las embarcaciones gigantes.


Y que importa. Esto era poesía sostenida de algún llanto.


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