Es suficiente con vivir en el mundo y olvidar despreocuparme de todo.
Es suficiente, aunque no sepa de nadie.
Ni de las ideas de amarte a conciencia, subordinándome a una oscuridad flotante, que acaso por la suerte del mérito en esas cosas de la superficialidad de la vida, te atan a mi mente y se refieren.
Y aunque diga de la consonancia de amarte; en silencio a veces, por algún modo de ser, inaprensible; por la falta de control en su significancia, yerro y vuelo hacia alguna quietud.
Y entonces legítimo. Cuando digo que estuve y no estuve, molestando para que pienses cosas de la injusticia. Cosas del Mundo. De la posteridad sin decir adiós.
Es suficiente, aunque no sepa de nadie.
Ni de las ideas de amarte a conciencia, subordinándome a una oscuridad flotante, que acaso por la suerte del mérito en esas cosas de la superficialidad de la vida, te atan a mi mente y se refieren.
Y aunque diga de la consonancia de amarte; en silencio a veces, por algún modo de ser, inaprensible; por la falta de control en su significancia, yerro y vuelo hacia alguna quietud.
Y entonces legítimo. Cuando digo que estuve y no estuve, molestando para que pienses cosas de la injusticia. Cosas del Mundo. De la posteridad sin decir adiós.
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