jueves, 28 de febrero de 2013

Láser, secuencialismo y futurología

En un momento de apreciarte tanto, me di cuenta que estaba errado.

No puedo saber, sí por limitación del inconsciente cognitivo, o por esas intertextualidades de uno que se aproximan a la histeria irracional de los mundos, y por acaso, de los tiempos vividos.

Te desintegraría. Realmente si pudiera te eliminaría del mapa.

y aunque llorarás y llorarás por las miserias del amor no correspondido, te eliminaría.

Sí cuando pudiste avanzar con tus secuaces, lo hiciste. Sin medir secuelas, vastedades con imperio y esas elucubraciones. Realmente te volaría los sesos.


No importa apreciarte y que no sirva tener razón acorde al derecho. No importa. Realmente te evaporaría del planeta. Te extinguiría.

En rigor, tan cínico cómo la muerte que vuelve y se va, sería hermoso. Pero apreciarte tanto tiene lo bueno. La veta del aprendizaje, el idioma austero y el cosmopolitismo autista del porque sí.

Te desintegraría. Los que simulan lo mejor, en la manera correcta de mentirle al mundo, te eliminarían, pero quisiera apropiarme del mundo, para que veas, que acaso es posible.

jueves, 21 de febrero de 2013

De Las Consideraciones y Los Amantes

Te he traicionado. A la manera de las razones, pero te he traicionado.

Y eso no implicaría dolor, culpa o desagravio para mí, si no fuera por el hecho de no desenvolverte más.


Te he traicionado. De la manera más recurrente y legitimable posible.


Sabiendo que engañarias al mundo, con un sablazo por la cúspide.


Pero te he traicionado. Desarticulando verdades, a semejanza

de las posesiones con pasión y sus instintos asesinos.

Pero nunca supuse activar la sospecha, de herirte de alma, de amor, de un deseo sin mundo.


Te he traicionado. Explicando las cuestiones indefendibles y  me he aventurado sólo por instancias de la perfectibilidad. 


Que explicaría entonces las sensaciones, la perceptibilidad, si te he traicionado con furia, con lujuria si se quiere, desafiante a la potencia del acto, y alguien no nos denegaría en abstracto.


Pero te he traicionado con el sentido de traición que observa y credibiliza  más guerra.


Traicionado. Cómo a los vástagos los padres sin ley.

Una ejecución de hechos,  y sobria traición de los amantes.




miércoles, 13 de febrero de 2013

El Reverendo Washpaper

Con Naturaleza me he visto obligado a redimirme de algunos vicios.
La transitoriedad de algunas faltas religiosas tornan indispensable asimilarme a los nuevos vaivenes de la vida.

Enfrentado, a cualquier poder de turno que quisiera mitigarme, entre otras cosas, el ansía  de la recuperación social, es que me pongo a divagar sobre los asuntos que con mayor nobleza, le pesan a las gentes.

Es incondicional el deseo de cualquiera de nuestras Individualidades que haya, o que exista sobre la Tierra, la corporalidad de una justicia.

Una justicia que, antes que pueda actuar, haga honor sobre los recién nacidos.

Esto no podría traducirse como una idea sesgada, donde a futuro, proteicas generaciones acentuarán las buenas acciones, en detrimento de lo que, en otros términos consideraríamos, graves secuelas de la herencia por la violencia. 

Más grave aún cuando millones de seres planetarios sufren en carne propia, la espantosa realidad de direccionarse sobre los que otros dictaminan. De tal manera, la carga de objetividad se pierde sobre el llano.

¿Qué hacer? ¿ De que modo se realiza un Mundo armoniosamente Justo?

Están los aislados, que creen, que por fuera de las hegemonías mundiales, lograrán un modo de vivir único e irreconciliable con el resto. ¿Y esto, no implicaría algún tipo de mezquindad hacia sus congéneres?

Pero que decir qué en contraposición a dichas ideas, aparecen los que suponen que el cambio del mundo implica, la superación perfecta de la Progresividad. 

Es decir, el avance de distintas instancias, posibilitaría paulatinamente que millones de individuos de los más remotos y distintos estratos sociales engrandezcan la llegada de un Mundo Soñado. Único e irrepetible. Sin necesidad de Justicia. 

El esfuerzo, el sacrificio, la ensoñación por adentrarnos en nuevas formas de vida lleva a cada uno de nosotros a reflexionar sobre que sería mejor.

Un Mundo interplanetario donde no habría necesidad de nada y por lo tanto no habría valor de cambio ni nada que se le parezca.

O un Mundo donde aquellos soberanos de justicia comprenderían el hacer y realización de una voluntad interrogada de Eticidad, Pragmaticidad, y Felicidad de los injustos.

Los Señores del Bien, que actúen por su cuenta.


lunes, 11 de febrero de 2013

Rosas Para La Verguenza

Una manifestación de mis esfuerzos exteriorizando buena parte de la arrogancia:

Una manifestación que desacredita los verdaderos intereses multitudinarios. 


Estableciendo determinados lazos, que el día de mañana los catapultarán hacia el poder, esgrimiendo cruentas ideas del abandono sistemático en cierto estrato de la sociedad. 

Comprensible, pero me averguenza, no habría el elemento indispensable para vanagloriarse, la sinceridad humana. 

Ni los mínimos requisitos  de la formación elegida alcanzarían para presionarte por la Paz. Y eso suena a un mayor grado de dificultad para comunicarse. 

Nunca supuse que lo del amor en representación del hombre habría de entenderse bajo el mote de " Preceptos Constitutivos Morales" y el grado de revelación libertaria.


Pero acertadamente nunca te importo el resto. Ni la justicia mortal, ni los intencionalistas, ni los prototipos del desamor. Sólo el éxito. El éxito de un proyecto adosado, a la temibilidad del poder y de algunos que se creen, circunstanciales déspotas de las calle.


Y es cierto que constantemente remodelamos nuestros seres y esa cosa de la posteridad.


Pero tampoco es cierto que Dios halla muerto. Como así tampoco su creencia. Pero eso no viene a cuento de culpabilidades y la función retrógrada, de suponer, entre cosas, que debería mejorar el mundo castigando y subordinando saberes a base de lo que dice la reflexión interiorizada del ocultamiento. 

No suponía éxito en contraposición de modelarme livianamente con las ideologías. Ni tampoco  suponía, que la especificidad de saber realizar la guerra, me adentraría en un panorama de gracia absoluta con los Inmortales. Ícono del juego imaginario, real y simbólico.

Y es entonces cuando algunos, sí tuvieran algo así, como un hijo, dirían, que nadie en términos sociales, está en condiciones de ofrecer un amor desbordable. Ya que, de ser así,  el mismo se convertiría en una especie de disvalor constante. 


Seguramente se preguntarían por el desamor, la falsedad. Pero si supiéramos de antemano, de la falsedad o del engaño, nunca tomaríamos partido de honestidad por alguno de los postulados.


Y sin embargo persuaden. Poder, Dinero, Mundo. Artística de los resortes humanos.


miércoles, 6 de febrero de 2013

The Ermit

Synchronize my neutrality becomes so difficult, I would not want requerirtelo.
It is so difficult to confront you without you fill of importance, I regret that you did not let the tears fall for you, for you and the deployment of the underworld.

Innoportune your culture and that aura of idealists who do not, say so would look under the moniker "matter of state", and that would not be derogatory,
but seducirte ad nauseum, desorbita the total set of my emotions.

To the rhythm of the falsehoods you dreamed your me, brandishings the specifics of the case.

Patronage, inference of abduction and means of the terra-function when emboldens enjoyment with his henchmen.

And I say to prove the hermit´s soul world. That when disappear, others will come for me. Whoever vera suit.

martes, 5 de febrero de 2013

Alto Peludo y Ninguna Revolución

Pelearse, pelearse porque alguien les lleno la boca. Batirse a duelo. Enfrentarse.

Legitimarse en la confrontación a diestra y siniestra de los sentimientos.
Pelearse por los intereses propios y ajenos, con tal de sucumbirse al cielo y reinar.

Pelearse por la idea de la perpetuidad y ni que el mundo fuera nuestro. Pelearse suponiendo la razón, considerando que son nuestros los principios nobles de la cordialidad y esa dulzura. 

Pelearse, y en los antagonismos resultantes, diminutivo apócrifo del hecho,  vilipendiarse a los panfletos institucionales de algún corazón despótico.

Pelearse, y en la dimensionalidad de los embates, los pobres que miran con rencor la buena vida, o lo que leemos como buena vida del goce, disrupción de algún ricachón lascivo.


Pero incesantemente se determinan los que pelean entre ellos por un lugar, quien sabe donde, y por merecerse mucho más. 


Y ninguno de ellos pretende algo así, como quisieran algunos, revoluciones educacionarias o esas cosas de la novedad. Distinto es metejonearte con el hambre.

Pelearse, dirimirse entre los distintos estados embrionarios de uno mismo. Estado de compasión resolutoria.

Y a los fines grandilocuentes de mi memoria, la lógica de la verdad, perimida bajo el subsuelo.