viernes, 8 de noviembre de 2013

Los Anticuerpos

Aproximadamente Intoxicarse tiene que ver con el despecho que se otorga al Mundo.
Porque alguien que esta resentido, necesita de un interlocutor, de una culpa, de la exteriorización de una pena.


Y en este sentido, el que no quiera creer que no crea. Pero se supone natural quererse y cuidar al alma de uno y (otros). Y esto no importa arbitrariedad. Importa objetividad, conciencia, demostración de afecto con el mundo. La intuición de los niños, cuando éramos verdaderos y el tiempo sólo agregaba lucidez, en la idea de mejorar a una sociedad.



Pero estar a despecho, supone un amplio abanico de conflictos y subjetividades. Importa situarse en el Mundo.



Y el mundo se codifica a sí mismo cuando se entromete a las emociones de los cuerpos. Cuerpo de los anticuerpos, y el mundo espectral relaciona a los amantes de la ciencia con la verosimilitud, a cualquier otra ciencia. 



Incluso la que permeabiliza al amor abstracto.



Pero este no es el hecho interpretativo del mundo.

Acaso jugando con la imagen simbólica de nuestros antepasados, iríamos a buscar la dominación de la lentitud, de la velocidad. Del ego superpuesto al amor sincero.


Y es qué los náufragos, entendiendo de la inteligencia del agua, salen al mar y esperan por sus resultados.


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