sábado, 25 de agosto de 2012

El ermitaño

Sincronizar mi neutralidad se torna tan difícil, que no quisiera requerirtelo.
Es tan difícil confrontarte sin que te llenes de importancia, que lamento las lágrimas que no dejaste caer por ti, por vos y el despliegue del submundo.

Tan inoportuno tu cultura y esa aura de los idealistas que no, afirmarlo luciría bajo la mote de "Cuestión de Estado", y no es que quisiera ser peyorativo,
pero seducirte hasta el hartazgo, desorbita al total conjunto de mis emociones.

Al ritmo de las falsedades te soñabas tu conmigo, esgrimiendo las particularidades del caso. 

Mecenazgo, inferencia de la abducción y arbitrios de la terra-función cuando el goce envalentona con sus secuaces.

Y me dicen ermitaño por probar el alma de los mundos. Que cuando desaparezca, otros vendrán por mí. Quien quiera adecuarse vera. 

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