martes, 25 de junio de 2013

Región de los Celos

Y tú, qué sometes a esas ideas corpóreas y dubitativas de un don, no simplemente aguerrido y exultante, sino que blasfemo y sincrónico de un solo amor.

Amor permisivo de las distintas creencias, pero vetusto en sus modos generales de explayarse, que cela los ojos del mundo, impropio de la sensación de amarse. Y una finitud, qué de igual modo llegará. 

Y te esfuerzas, sí, por la necesidad de lagrimear derrotas.

Sufridas por la inocencia de heridas, amargas, ocultas, abstractas del pensamiento instintivo, individuo eyecto que no razona, promisoriedad del amante.

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