jueves, 2 de enero de 2014

Con el Mar en la Mano

Y hacias ruidito, con las conchillas permitidas del mar, la pos enmienda del amor enloquecido.

Sin la remerita del dinero surfeado, de las bajas olas curtidas. Pero nunca me agrande con los océanos. Pensando que domino la totalidad del mundo y no me arrastra la divinitud.

Acaso las características principales del ser en la mano sean la confidencia y re-territorialidad.

Modos tangenciales, cuando la bravura del mar se empecina en amarme. Y no obtengo nada. Sólo el amor virginal del mundo. Y alguna delicadeza del altruismo porque sí.

Nadar. Nadar siendo poca cosa para ti.




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