Y los pobres esperaban festejar los artilugios, con clase ficticia, no sé que, que premeditara sus idilios. Ni bien se enteraron, mandaron los códigos éticos al entierro.
Pero no habría validez jurídica para expresarse en esos modos.
Pobres los que malcriamos las venganzas, a son de la riqueza de los otros. Pero con la conciencia suponiendo lo correcto.
Pensando que deseamos y anteponemos otra idea de mundo, objetiva y legitimadora para las gentes.
Midiendo a los mejores y provocando a los peores, a razón de desastres naturales que nada dice del imaginario individual, construido a costa de ninguna subjetividad, ¿pero cuando pensaste en mí?.
Nunca supuse que existieras yéndome de boca por la ignorancia que moría.
Y en este entonces, resplandecerte a mí antojo, no sirve. Sólo para desparramar alteridades, momentos hacía adentro, momentos hacía afuera, especificando codicia, hambruna y rasgarte en una mente.
Y nunca los pobres dirán verdad, pero que importa, nadie caerá de su planeta.
Pero no habría validez jurídica para expresarse en esos modos.
Pobres los que malcriamos las venganzas, a son de la riqueza de los otros. Pero con la conciencia suponiendo lo correcto.
Pensando que deseamos y anteponemos otra idea de mundo, objetiva y legitimadora para las gentes.
Midiendo a los mejores y provocando a los peores, a razón de desastres naturales que nada dice del imaginario individual, construido a costa de ninguna subjetividad, ¿pero cuando pensaste en mí?.
Nunca supuse que existieras yéndome de boca por la ignorancia que moría.
Y en este entonces, resplandecerte a mí antojo, no sirve. Sólo para desparramar alteridades, momentos hacía adentro, momentos hacía afuera, especificando codicia, hambruna y rasgarte en una mente.
Y nunca los pobres dirán verdad, pero que importa, nadie caerá de su planeta.
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