martes, 11 de febrero de 2014

Los Fierros y el dilema de la mente

En estos momentos de ironía, donde la crisis de mentalidades ofrece el sentido impropio, a la impavidez monstruosa de aniquilarnos mutuamente, te pido la poca sensación de pasión por aquellos del altruismo. Porque considerarte conmigo implica la consideración benevolente hacia el resto.

Y esta es una idea que surge de la confianza. Y no de un intelectualismo con fierros, que piensan de la melancolía y la mente, violencia para legitimar bondades. Bondades otorgadas prima facie, para acaparar corazones sangrando de necesidad.

La confianza es, en todo caso, para una melancolía correcta de aquellas viscisitudes que nos otorga la felicidad. Pero por lo pronto no somos felices. somos ingenuos, ignorantes y altamente capacitados para denostar a la felicidad sin divisiones de clase.

Como cuando los amores se demandan no amarse verdaderamente sino por intereses prácticos de la vida y alguna muerte.

Entonces nunca los ángeles acompañarían a mi mundo. Encerrado de placeres intuitivos e ideas desiderativas para una propia felicidad, pensada a conveniencia. Porque la bondad de piel, se intuye a consideración de las futuras felicidades. 

Pero falta. Falta amor sin rencor y la obtención de solucionar a lo ingrato. Para que puedas suspirar del amor. Del amor auténtico y otras mentes. 

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