lunes, 11 de agosto de 2014

Cuisine and escaramuzas

Novato para enfrentar las vicisitudes de un amor quemado, salgo del cielo de mis ojos y hago saberte de la premonición del mundo.

Y es grave no darse cuenta de la utilización de los jóvenes en causas de fierros y montajes televisivos. Incluso sin la mención de la pequeñez de inventar a mi mente. Que cuando se oscurece el pensamiento, no tiene lo necesario para blanquear relaciones frívolas y sin sustento.

Que admite la arrogancia y niega cualquier idea de credibilidad. Un mundo lastimado, arbitrado por condecoraciones de déspotas. Un mundo necio, sin rencor de su inutilidad. Blasfemado y bloqueado. Acaso un mundo que intenta nuevamente escabullirse para lograr su belleza.

Y embellecerse no es, oportunamente al tiempo de la paz, tener descare y flexibilidad al tanto de la angustia. 

Pero tal vez encuentre su historia en la felicidad de los niños. En las generaciones idealistas y faltas de estancamiento. 

Y elementalmente, por fuera del amor quemado, se quiera mantener principiante, amateur. Como belleza de Dios soñada, marcada. Oprobio de lo sublime auténtico.

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