domingo, 11 de mayo de 2014

Celos y Desgaste

Tal vez asista al mundo de consideraciones fútiles que nada dicen sobre la solución de conflictos. 

Porque los celos de los otros me trastocan. Nada más inmaterial, cómo esta consideración a título de sentimiento adverso.


Era solitario el mundo que Dios había creado. Lo hacía desaprensivo, incluso de todo, pero inmensamente poshumano. Con doncellas que no amaban en serio, y donde sólo esgrimían sus cualidades y el calor del ambiente domado.


Pero era la soledad el perfecto artilugio que Dios dominaba en fiebre. Nada tan escabroso como los contextos arbitrarios de creación dogmática.


Y es un invento pensar que jóvenes sin ideología y pensamiento disruptivo puedan enaltecerse en defender una idea pragmática y profunda a la vez.


Pero tal vez asista a comunicarte sin telepatía, el grado de intromisión que se genera con los extranjeros al no saber brindarse con cordura  y la hospitalidad siguiente. 


Siendo un desperfecto apropiarse de las morales y no tener celos siquiera, del desgaste común de soñarnos.


Porque prontamente somos ilusos. Ilusos en la histeria, de que el mundo sea otro mundo.

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