Tal vez asista al mundo de consideraciones fútiles que nada dicen sobre la solución de conflictos.
Porque los celos de los otros me trastocan. Nada más inmaterial, cómo esta consideración a título de sentimiento adverso.
Era solitario el mundo que Dios había creado. Lo hacía desaprensivo, incluso de todo, pero inmensamente poshumano. Con doncellas que no amaban en serio, y donde sólo esgrimían sus cualidades y el calor del ambiente domado.
Pero era la soledad el perfecto artilugio que Dios dominaba en fiebre. Nada tan escabroso como los contextos arbitrarios de creación dogmática.
Y es un invento pensar que jóvenes sin ideología y pensamiento disruptivo puedan enaltecerse en defender una idea pragmática y profunda a la vez.
Pero tal vez asista a comunicarte sin telepatía, el grado de intromisión que se genera con los extranjeros al no saber brindarse con cordura y la hospitalidad siguiente.
Siendo un desperfecto apropiarse de las morales y no tener celos siquiera, del desgaste común de soñarnos.
Porque prontamente somos ilusos. Ilusos en la histeria, de que el mundo sea otro mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario