Nene milonga hiciste salvaje, la sensación del mundo cuando murmuraban lo lindo de acrecentarte frente a un cuore ingrato, distante del sentido mitológico.
Y te veías soñado. Aparte de los deseos de tus pares, soñado con la respuesta exacta de los estudios culturales de quién sabe, elucidación virginal.
Nene perdón pero no viniste, y yo te lloré demasiado. Con la espina entrecortada, rumiendo los preceptos del reino cultivado de la ignorancia.
Era milonga entonces, la carne que te encontrabas y poseías. Nene de la estrella solar. Enamorarte ya no quiero. Si se supone amor. Calentura y amor. Nene de la estrella solar. Yo ya te olvidé. Pero pensar que te fuí a denegar, al palacio, a lo terrenal.
Nene de la espalda nuclear. Te quería ver. Te quería amar. Eras mi final, mi necesidad. Una pasividad. Nene sin ley. Don del espectro que no va a imaginar.
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