jueves, 26 de febrero de 2015

La Fama Del Guru, Exceso.

Yo caía. Química y el viento de los mares. Pero nada iba a detener la secuencia impostora de los que se redimen ante Dios. Te educaba. Escondía los inventos de la gente y te enseñaba el artificio del supremo amor.

Era imprevisible saber si me amabas, pero no me interesaba más que por un ego no resuelto de los injuriosos.


Y entonces, aparte de los deseos del mundo en cuanto nunca repliega conducta, yo caía. El excedente lo guardaba en la desideración de mi cuerpo.


Antes había amor. Ya no. Ya no.


(exceso).

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