miércoles, 4 de febrero de 2015

Modus Operandi, Excursus Ideado

Quería enamorarme pero no había quién. Entre tantas ideas berretas del amor preferí la de la química olvidada, tierna y antojadiza de los valores que fecundan lo mejor de la humanidad, intrínseca felicidad de los anónimos. Y te vi pasar. Rodeada de principios sarcásticos que sólo envidian que Dios no exista.

Incluso utilizando el perogrullo establecido de los bienes abandonados y esas cosas que confunden a los pobres.


Pero quería dilucidarte sin suicidarme. Creo que es lo correcto.

No pude. Peces sin ideas flotan dormidos en la penumbra de los sabios. Que importa, el pelo rosado del ignorante atesta de informaciones que encauzan a la verosimilitud del capricho.

Yo, era una operación. Ahora lo mitificamos.

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