viernes, 27 de diciembre de 2013

Aperitivo de lo Inauténtico

Tener tendencia hacia la autenticidad invariablemente podría costarnos en términos de sociabilidad económica, varios de nuestros amores abstractos. Y los políticos, en sus microclimas de ingenuidad, poco saben de ello. 

Porque escapan de los distintos filtros que impone la radarización de los vaivenes flotantes de la autenticidad. En otras palabras, hipocresía, falsedad y mentira, ases de los políticos sin custodia de verdad.


Pero algunos, en sus distintas relaciones de la sociedad, siempre se creyeron buenos y verdaderos. Que nunca sufrieron las alteridades del sistema. Y menos aún, la falsedad vestida de Dios.


Esta es, la falsa premonición de los topos, que sucumbiendo ante el deleite de los populares, se arrastran por los rumores de la malazaña vertida por sus jefes.


Tamaña idea de lo ingrato, ante los precursores del verdadero fin de la existencia humana, es lo que practican varios de los destinados a ejemplificar raciocinio de la multitud. Esclavitud de la anti-sinceridad.


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