sábado, 29 de marzo de 2014

Protocolo

Mientras tanto en la avivada, los déspotas de la tradición simulaban esfuerzo por doquier, para agigantar el ego, inclusive cuando el raid de los miserables apartaba los destinos de uno y otro.

Egoísmo de la representación. Cuando arrastrarte para que no te ahogues, puede generar la alquimia necesaria para que puedas evadirte de mí. 


Prefiriendo los sentidos de la violencia, sabiendo que quedar dolido por situaciones lúgubres o de despojo, alientan considerablemente la permanencia del statu quo. Esto es, la guerra silenciada. Cuando el amor decía; saberse en carne propia de no estar bien con uno mismo.


Pero esto es lo mínimo que implica dejar el corazón muerto por hechos de los que alegan, estar fuera de la vida misma y esas cosas de la traición a quemarropa.


Planteando prueba de los usos de la comunidad y dando catarsis a la violación del secreto íntimo de las partes.


No es noble entonces, decirnos buenos, cuando aparecemos deseosos de nada. Brillantemente de nada.


No hay comentarios: