sábado, 2 de mayo de 2015

Soft Heavy, y el poeta maldito

Y uno nunca sabe donde termina el timming de los restauradores del poder. Ni siquiera Dios podría presentirlo. Pero es su sueño, equilibrar el mundo y darte a entender la conciencia desprogramada. Aunque jamás, nunca hubiera intentado algo así.

Una manera retorcida que estigmatiza los considerandos de los silenciosos, que no les interesa la fama y los resultados del sexo sin amor dilucidado.


Pero había que verse. Tan enamorado de la nada y la mística dulce de los cándidos. Aunque la omitida de la infidelidad, qué decían que no tenía importancia numérica porque no les movía ni un pelo, hizo su escozor. 


Al alma, que no sabía de sí misma cuando pensaba del perdón, la crucificaron.


Y ahora no sabe cuando volverá a amar de verdad.

Artificio y razón. 



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