miércoles, 29 de julio de 2015

La Única Que Me Quería No Era Sincera

La buscaba Interpol. Pero como dicha situación era sólo gran parte de la infamia, le dije que si lo sentía, de todas maneras podría enamorarse.

El dinero era una necesidad estructural para poder implementar sus gustos. Y si el tipo de alucinaciones que tenía no eran más que el germen de su enfermedad inclusiva del otro, su padre no iba a romperle la magia.


No quiso decirle nada más. El amor no es sincero cuando no debe serlo. Y apenas pueda madurarlo va a observar en detalle quién era entonces, el amante auténtico.


 La Interpol jamás obvió desconsiderarme de sus secretos.


Acabose mintiendo para el resto.



No hay comentarios: